viernes, 17 de enero de 2020

Los dulces años




Fecha de publicación: Octubre 2009 (Zeta), original: Marzo 1986 

Longitud aproximada: 590 páginas. 

Sinopsis: 

  Cuando Linnea llega a Alamo no se imagina que aquel irritante hombre que la recibe en la estación se convertirá en su gran amor. Con sólo dieciocho años, la alegre Linnea es la profesora que abrirá un hueco dentro de la comunidad y intentará conquistar un hueco dentro de la familia que la alberga. 

  Theodore es un granjero de treinta y cuatro años que vive con su madre y su hijo adolescente y se siente sumamente irritado ante la llegada de Linnea, no sólo no respeta las reglas tácitas de la comunidad sino que la tiene viviendo en su casa. 

  Lentamente en el día a día de una tranquila comunidad rural surgirá entre ellos el amor, Teddy atemorizado ante la diferencia de edad intentará alejar a la joven, pero Linnea sabe muy bien lo que quiere, y no está dispuesta a desaprovechar lo que sabe que es su destino. 



Mi pequeña opinión 

  ¿No os pasa que en ocasiones oís hablar de un determinado libro o de un autor y, aunque en ese momento no os interese, os quedáis con la copla? A mí constantemente, pero son tantas las recomendaciones que recibimos, tantos los canales de información que tenemos que es inevitable que alguna buena recomendación se nos quede olvidada. Eso me pasó con este libro, y haciendo una muy necesaria “limpieza”, apareció de nuevo y qué razón tenían todas al decir que era estupendo. 


  LaVyrle Spencer nos traslada en esta novela a las inhóspitas praderas de Dakota del Norte en 1917. Linnea llega a esta tierra, tras un pequeño viaje en tren, para su primer trabajo como maestra, con 18 años está recién graduada y salida del colegio, cargada de ilusión y buenos propósitos. Pero el recibimiento está muy lejos de lo que su soñadora imaginación esperaba. Allí la vida se rige por lo que marca la tierra y sus cosechas, por los trabajos a realizar en los campos de trigo, no por lo que una inmadura maestra quiera, lo que la tendrá en constante conflicto con su anfitrión. Theodore es un hombre maduro, sus 34 años le otorgan la experiencia de la que cree que carece Linnea, él ha sido golpeado y castigado por el amor y la vida del campo, no acepta fácilmente los cambios, y mucho menos las imposiciones, e intentará mantenerse inamovible con respecto a las responsabilidades de su hijo en el trabajo y, por supuesto, bien alejado de la nueva maestra. 

 Ambos personajes enamoran desde el primer momento, Linnea por su juventud, alegría pero también por su seguridad, por mantener su postura cuando considera que algo es incorrecto. Teddy, en cambio, llena la escena con su sola presencia, pese a su mutismo inicial, pese a sus modales toscos y poco educados. Es esa figura imponente trasmite seguridad. La relación entre ellos se fragua lentamente, con muchos tiras y afloja, y nos permite ir viendo cómo evolucionan ambos, no solo en su propia relación sino también con los abundantes personajes secundarios. Son muchos y muy variados, desde los niños de la escuela, los miembros de la familia Westgaards o las gentes del pueblo y todos ellos encajan perfectamente en la trama. 


  La autora no se excede en las descripciones del ambiente pero consigue trasladarte a las amarillas llanuras de trigo, a la modesta granja donde residen o a los indómitos caminos nevados que rodean la escuela durante el invierno. Incluso en algunos momentos llegué a sentir el frío helado por el que estaban pasando. Todo ello contribuye a que esta novela te envuelva y te atrape, manteniendo la intensidad de la trama durante todo el tiempo, sin encontrar situaciones que te saquen de la lectura o te resulten faltas de coherencia, ha sido fácil imaginarme a esos niños en la escuela recibiendo sus clase de “actividades domésticas” dentro de sus limitados recursos o atravesar los caminos entre las granjas subidos en las carretas. La pluma de esta autora consigue mantener el ritmo desde el inicio al fin, aportando subtramas que mantienen el interés en la historia, emocionandome con algunos personajes y escenas hasta un punto que no imaginaba llegar.


 Sinceramente ha sido una historia estupenda para iniciar el año, emotiva, cargada de sentimientos, de esas historias que te ponen un nudo en la garganta o una sonrisa en los labios y me alegro muchísimo haber podido leerla. Sin duda intentaré conseguir más libros de esta autora, lo cual resulta complicado ya que muchas de sus historias están descatalogadas, pero siempre están las librerías de segunda mano ¿no? Mil gracias Ana por prestarme el ejemplar, eres un sol.




1 comentario:

  1. Esta autora es 😍😍😍 y leerte a ti un gusto. No tengo esta novela pero sé que me gustaría

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