martes, 9 de abril de 2019

Juegos Salvajes: Heit (#4)



Fecha de publicación: Marzo 2019 

Longitud aproximada: 150 páginas. 

Sinopsis: 

  Firmar ese contrato de sumisión con Lena fue fácil. Humillarla, lo más sencillo. Llevar al límite su juego y enamorarse de ella... lo peor que podía pasarle. Heit creía tener una coraza tan dura que nada podría atravesarla, hasta que sus labios probaron esos besos prohibidos y supo que ya nada volvería a ser igual. 

  Se juró a sí mismo que Lena solo era una muesca más en su culata, sin embargo, poco a poco, sus miedos y debilidades lo llevarán a tener que buscar a la única mujer que ha logrado despertar en él todo lo que estaba dormido en su interior. 

  Después de una devastadora noticia que sacudirá su vida para siempre, volver a tener contacto con Lena significará para él el declive. Solo tiene dos opciones: remontar el vuelo o caer al pozo más profundo. 

  Heit merecía todo ese dolor y él era consciente de ello. A veces un desprecio, una mirada… hiere más profundo que cualquier arma. 

  Hasta el ser más frío y orgulloso corre el riesgo de enamorarse. 


Mi pequeña opinión 

  Aquí estoy con la cuarta y última entrega de esta serie, y creo que no me equivoco al decir que también la más esperada. Cuando un autor decide escribir el desarrollo de una serie, es posible que su punto de vista no esté de acuerdo con las expectativas o ideas que muchos lectores se habían hecho al ir leyendo las diferentes entregas. Creo que es un riesgo. Pienso que en este caso la autora ha sido muy valiente al escribir su versión final ya que el primer libro está cargado de polémica y múltiples puntos de vista. 


  ¿Cómo se pudieron torcer tanto las cosas con la llegada de Lena? ¿Cómo es posible que todo terminase así? ¿Por qué le permitimos quedarse? Estas y otras preguntas son las que taladran constantemente la mente de Heit. Ahora está solo, durmiendo en un sofá, destrozado. Pero aún en ese estado es incapaz de dejar de pensar en ella. Si continúa así no solo corre peligro su trabajo, también su propia vida. 

  ¿No os ocurre en ocasiones que después de leer una historia con un final abierto os da por imaginar qué puede ocurrir tras terminar? A mí sí, siempre o casi siempre, mi mente se dispara. Además creo que Juegos Salvajes: Lena, es un libro que da pie a ello. Personalmente yo me hice mi propia historia de cada uno de los personajes. Tenía en mi mente cómo iba cada uno a vivir el después de Lena, qué les iba a ocurrir, cómo podrían terminar sus historias. Y esas historias iban cogiendo forma a medida que hablaba del libro, que comentaba con mis amigas y compañeras de lectura cada acción, cada escena o cada rasgo de la personalidad de Max, John o Heit. Me había creado yo solita unas expectativas muy difíciles de cumplir ya que ese desarrollo estaba solo en mi cabeza, no en la de la autora. Max y John, aunque me sorprendieron, fueron un poquito (solo un poco) por donde yo tenía pensado. Pero Heit… 


  Al inicio de este libro he encontrado al Heit que dejé en Lena (#1), un tío déspota, con mala leche, que pasa de todo y de todos, al que le da igual lo que piensen los demás, que vive en el filo de la legalidad, pero en esos momentos se encuentra herido, tocado y hundido. Descubrimos en qué y para quién trabaja y también en dónde encuentra una mano amiga. Ese Heit, pese a la opinión contraria de mucha gente, a mí me gustaba, me parecía un tipo auténtico aunque fuese un puto capullo gilipollas (upss, perdón). Esperaba palabras hirientes pero sinceras, malos modos cargados de verdades como puños, escenas donde la tensión pudiese palparse, y si era sexual mejor. El problema ha sido que según avanza la historia él va “dulcificandose”, volviéndose un buen chico como los demás esperaban que hiciese, políticamente correcto tragándose sus palabras y sus deseos, pero a mi modo de ver el personaje perdió credibilidad. 

  Estaba claro que en esta última parte de la historia Lena debía de aparecer de nuevo. Para mí era fundamental que todos y cada uno de los personajes reconociese su parte de error en lo sucedido durante el primer libro, todo fueron culpables de lo ocurrido, sin excepción, y la actitud de Lena en este final me ha parecido muy egoísta e hipócrita. No me creo su papel de víctima, que no tuvo más opciones que aceptar. No. Esperaba más madurez por su parte, que el tiempo transcurrido y los hechos ocurridos después le hubiesen hecho reflexionar también a ella y asumir su parte de culpa. Creo que Heit tenía razón al llamarla mentirosa, pero se quedó corto, le tembló la determinación y el miedo a perderla. 


  Pese a todo esto, la autora ha conseguido crear un final acorde con la historia, cerrando un círculo que comenzó de una forma poco ortodoxa. No sabría deciros en qué género o subgénero clasificar esta última entrega, nuevamente el amalgama en la trama la hace difícil de enmarcar. También es posible que no todos estemos de acuerdo con el final que ella ha elegido para los protagonistas de esta serie, pero ha sido su elección, y no hay que olvidar que son sus personajes, por muy nuestros que los hayamos sentido durante los cuatro libros. 


  Sin duda ha debido de ser un debut bastante complicado para esta jovencísima autora. A mí me deja esperando su próxima novela, que espero tenga una temática muy diferente pero siempre con una buena dosis de intensidad.


2 comentarios:

  1. ¡Hola! Yo de momento solo he leído el primo, y sigo pensando que debería de haber sido libro único, precisamente por lo que cuentas. El final abierto del primero hace que cada uno espere un final para los personajes, y es casi imposible que sea el que vaya a decidir la autora.
    Tengo el libro de Max a medias porque me aburría. Probaré con los otros dos a ver si hay suerte y me atrapan tanto como el primero.

    Un beso

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    1. Así es Maite, cumplir con las expectativas de todo el mundo es imposible. También creo que como libro único Juegos Salvajes:Lena hubiese sido brutal.
      Un besazo

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